Un equipo de científicos en EE. UU. ha diseñado un dispositivo portátil capaz de «capturar» células cancerígenas directamente del torrente sanguíneo, sin necesidad de recurrir a biopsias, revela un estudio publicado este lunes en la revista Nature.
La investigación, desarrollada en la Universidad de Michigan, probó en modelos animales la eficacia de este prototipo, que podría ayudar a los médicos a mejorar sus diagnósticos y los tratamientos, destacan los expertos.
«Nadie quiere someterse a una biopsia. Si podemos obtener suficientes células cancerígenas de la sangre, podemos usarlas para conocer la biología del tumor y determinar el tipo de cuidado», explica en un comunicado Daniel F. Hayes, experto en cáncer de mama y principal autor del estudio.
El dispositivo es poco más grande que una caja de cerillas, con unas dimensiones de 6,98 cm por 5,08 cm y por 2,54 cm, y se conecta a través de un catéter a la vena del paciente para «capturar» continuamente durante aproximadamente dos horas un volumen de sangre mayor que con las biopsias.
En sus pruebas con animales, señalan los expertos, el chip que incorpora este novedoso pequeño aparato portátil multiplicó por 3,5 la cantidad de células captadas por cada milímetro de sangre respecto a métodos convencionales.
Los tumores, recuerdan, pueden liberar en el torrente sanguíneo más de 1.000 células cancerígenas por minuto, pero los procedimientos actuales para capturar esas células trabajan con muestras muy pequeñas de sangre obtenidas de pacientes.
En consecuencia, algunas extracciones de sangre arrojan resultados negativos, pues no llegan a detectar células cancerígenas, incluso en pacientes en los que la enfermedad está muy avanzada.
«Es la diferencia entre tener una cámara de seguridad que toma una instantánea de una puerta cada cinco minutos y la que graba un vídeo. Si un intruso entra entre las instantáneas, no se sabría», expone la ingeniera química Sunitha Nagrath, quien lideró el desarrollo del dispositivo.
Asimismo, estudios anteriores han demostrado que la mayoría de las células cancerígenas no sobreviven en el torrente sanguíneo, mientras que las que no mueren pueden, a menudo, iniciar un nuevo tumor.
Además, normalmente, estos «tumores satélite», denominados metástasis, son más letales que los originales, precisan los expertos.
Por ello, las células cancerígenas capturadas de manera continua en la sangre pueden aportar mejor información que la obtenida, por ejemplo, a través de biopsias, a fin de diseñar tratamientos alternativos más efectivos.
«Es el epítome de la medicina de precisión, algo muy emocionante para el campo de la oncología en estos momentos», celebra Hayes, quien estima que el dispositivo podría probarse en humanos dentro de tres o cinco años.