Emely Tueni
MADRID, España.-
Una multitud de turistas y españoles invadieron durante cuatro días, y cuatro noches, todas las calles y avenidas del centro de la capital, con motivo de la celebración de la Constitución, y la Inmaculada Concepción.
Madrid se convirtió en la ciudad de las colas, pues las largas filas para entrar a los restaurantes, cafeterías, al metro, a los autobuses, establecimientos comerciales, hasta para comprar la lotería de Navidad, dificultaron el transito peatonal que tuvo que ser controlado por policías de seguridad, quienes temieron que se produjeran incidentes debido a la cantidad desorbitada de personas que se movían de un lado, a otro, para disfrutar del ambiente navideño que ofrece la ciudad engalanada por las luces y adornos navideños.
La locura fue tal, que incluso las calles que conducen a Sol, como Preciados, y la del Carmen, se transitaban en una sola vía, una para subir, otra para bajar, señalizadas con una especie de semáforos peatonales, pues era la única forma de organizar la avalancha humana, que estaba por doquier, como en la remodelada Gran Vía, abarrotada por tantas gentes como si se tratara del Times Square de Nueva York.
Debemos recordar que España, en los últimos años, ha tenido un crecimiento turístico espectacular, casi con 80 millones de visitantes, que en el pasado fin de semana aumentó con la visita de argentinos que llegaron a Madrid para ver en el Estadio Santiago Bernabeu, la final de la Copa de Libertadores con la participación de los equipos Boca y River. Fue necesario movilizar a unos cuatro mil policías para salvaguardar la paz, de fanáticos violentos que hicieron imposible que ese partido se jugara en la Argentina.
Otra causa fue los acontecimientos violentos que están ocurriendo en París, protagonizados por los llamados Chalecos Amarillos, quienes protestan por el aumento del combustible, en todo el centro de la llamada Ciudad Luz, principalmente, en los Campos Elìseos, a la altura del Arco del Triunfo, motivaron que miles de turistas cambiaran su visita de París a Madrid, por temor a verse involucrados en esas manifestaciones que están haciendo tambalear al gobierno francés.
El colapso peatonal de Madrid abarca un área extendida que recorre todas las arterias principales, adornadas con las alegorías propias de La Navidad, de las que disfrutan niños y adultos, en una época especial del año que induce a las familias a una unión especial.