Científicos españoles han advertido de que el anuncio de que se han logrado bebés manipulados genéticamente no está publicado en ninguna revista científica y, por tanto, tampoco ha sido evaluado; “no se puede jugar a ser dios de esta manera”, ha afirmado José Alcamí, del Instituto de Salud Carlos III.
“Este sujeto -en referencia al investigador chino que lidera la investigación He Jiankui– es un delincuente”, ha señalado a Efe Alcamí, para quien el anuncio puede hacer “mucho daño a la ciencia”.
El equipo de Jiankui asegura haber creado los primeros bebés del mundo genéticamente modificados utilizando la técnica CRISPR/Cas9 en dos gemelas para hacerlas resistentes a enfermedades como el VIH.
Y es que, según el científico del Instituto de Salud Carlos III de Madrid (ISCIII), parece que el equipo de investigadores chinos se ha saltado todos los códigos éticos: nadie sabe cómo se ha hecho el experimento -la Universidad de Shenzhen en la que trabajan no tiene constancia del estudio- y si se confirma que se ha realizado una manipulación de embriones humanos, esto generará un movimiento en contra.
Para Alcamí, la técnica CRISPR “es fascinante y la gente que trabajamos con ella sabemos que podemos editar el genoma y modificar células en cultivo o incluso ratones -siempre con los permisos pertinentes que todo proyecto de investigación debe cumplir-.
“Pero sabemos también que esta puede introducir mutaciones fuera de la zona específica, así que el sistema no está validado para su uso con humanos”.
“No está descartado por tanto que esas niñas tengan mutaciones introducidas en otros genes que ahora no se vean pero que en el futuro puedan darles problemas”, según el científico del ISCIII, quien ha apuntado que esta técnica tiene aún algo de impredecible.
El equipo chino ha basado sus experimentos en ‘desactivar’ el gen CCR5, que el VIH usa como puerta de entrada en el sistema inmunológico, pero, según Alcamí, desactivar este gen también tiene sus consecuencias ya que facilita otras infecciones por virus como la fiebre del Nilo Occidental.
“No podemos jugar a ser dioses de esta manera”, ha lamentado Alcamí, quien ha recordado que todo lo que tiene que ver con el uso de esta técnica está ya muy controlado por los comités éticos y regulado por la ley de investigación biomédica.
Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y miembro del Comité de Ética del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha indicado en su cuenta de Twitter que es una “irresponsabilidad colosal aplicar técnicas de edición genética en embriones humanos cuando todavía no sabemos controlarlas ni son lo suficientemente seguras. Es del todo imprudente”.