Emely Tueni
MADRID, España.- Bajo el alegato de «Crimen Pasional», miles de hombres abusadores han quitado la vida a sus esposas, compañeras sentimentales ò ex parejas, luego que ellas decidieran separarse casi siempre por maltratos físicos y psicológicos.
No existen razones suficientes para asesinar a una mujer indefensa, ni las infidelidades que dan pie a los celos, o las confrontaciones, pues siempre habrá una salida razonable para una separación. Por más ofendido que un hombre pueda sentirse, no es una excusa para quitarle la vida a una fémina, una acción criminal con consecuencias familiares terribles.
En República Dominicana las cifras de feminicidios han aumentado entre mujeres de 18 a 40 años de edad, al igual que en España, donde la violencia machista es pan de cada dìa, y hasta las ancianas son asesinadas. Casi a diario matan a una mujer, ahora, con una modalidad espantosa, pues los hombres también eliminan a los hijos, siempre niños pequeños, y luego se suicidan, los que no, purgan de por vida su crimen en la cárcel.
En República Dominicana, el feminicidio no conlleva penas duras, a los pocos años los asesinos andan por las calles, sobre todo, cuando se es una persona conocida, un político, adinerado, altos funcionarios, deportistas, he incluso alguien que ha matado a su ex esposa, además recibe reconocimientos, homenajes de parte de la sociedad deportiva.
Es una vergüenza, una desconsideración, no sólo a la víctima, sino a los hijos de ellas, y todo su entorno familiar. No se puede premiar a un sujeto que ha cometido un acto vil, por el cual nunca ha pedido perdón. La sociedad no puede aceptar este tipo de conducta, pues es un mal ejemplo para todos.
Las mujeres dominicanas están dolidas, pues no se repudia, ni se le obliga a pagar su crimen, a una persona quien fríamente le quitó la vida a quien fuera su esposa, como si fuera a un animal a quien nadie llora. Al menos, la gente no olvida, y el pasado siempre vuelve por lo que la polémica en torno a èste caso està servida.
Cuando la justicia no funciona,el descrédito popular actua.