Con un pene biónico e inteligencia artificial que le permite hablar y registrar los movimientos que más placer brindan a las usuarias, así funciona el robot sexual masculino de la compañía Realbotix. Aunque la firma estadounidense ya cuenta con otros modelos de robots humanoides femeninos, es la primera que lanza al mercado una versión pensando principalmente en las mujeres.
Este año la compañía estadounidense, ubicada en California, inició la venta del juguete sexual que puede ser personalizado y manejado a través de una aplicación para smartphones, llamada Harmony. Según Matt McMullen, fundador de la compañía y de la marca RealDolls, el desarrollo e ingeniería de estos modelo busca «brindar un mejor servicio para las usuarias”.
Así mismo, MacMullen informó que lanzaron distintas plataformas de compra digital para la aplicación Harmony con las que las usuarias pueden definir sus gustos y preferencias en la intimidad para sincronizarlos con el ‘cerebro’ del robot para obtener más placer, según cada usuaria.
Con un pene biónico e inteligencia artificial que le permite hablar y registrar los movimientos que más placer brindan a las usuarias, así funciona el robot sexual masculino de la compañía Realbotix. Aunque la firma estadounidense ya cuenta con otros modelos de robots humanoides femeninos, es la primera que lanza al mercado una versión pensando principalmente en las mujeres.
Este año la compañía estadounidense, ubicada en California, inició la venta del juguete sexual que puede ser personalizado y manejado a través de una aplicación para smartphones, llamada Harmony. Según Matt McMullen, fundador de la compañía y de la marca RealDolls, el desarrollo e ingeniería de estos modelo busca «brindar un mejor servicio para las usuarias”.
Así mismo, MacMullen informó que lanzaron distintas plataformas de compra digital para la aplicación Harmony con las que las usuarias pueden definir sus gustos y preferencias en la intimidad para sincronizarlos con el ‘cerebro’ del robot para obtener más placer, según cada usuaria.
Por su parte, la doctora Cathy O’Neil, de la Universidad de Harvard, afirma que las mujeres del futuro podrían ser mimadas por «Hombrebots gallardos» que también lavan los trastes.
«Es una necesidad humana básica querer que alguien ame y tenga relaciones sexuales, pero la mayoría de las mujeres también buscan a alguien que haga su parte justa de las tareas domésticas», explicó O´Neil.